Hoy tengo el placer de compartir una experiencia maravillosa junto a Carmen Macías, una psiquiatra de profesión, viajera incansable y una persona que irradia sabiduría y encanto.
Nuestra aventura comienza en el Castillo de Púbol, un lugar cargado de historia y emociones, donde Salvador Dalí inmortalizó su amor por Gala. Caminar por sus salones y jardines es como adentrarse en una obra de arte viva, y con Carmen a mi lado, cada detalle cobra aún más significado.
La siguiente parada es el Teatro-Museo Dalí en Figueres, una auténtica joya que te transporta al universo surrealista del genio. Dalí es, sin duda, un artista extraordinario; al conocer sus obras, sientes que viajas en el tiempo y entras en su mente. Carmen y yo no dejamos de asombrarnos mientras descubrimos cada rincón.
Hacemos una pausa para comer en el restaurante Txots, justo frente al museo. Aquí disfrutamos de una comida deliciosa y de unos zumos naturales de primera. Este lugar merece una mención especial: ¡una parada perfecta para recargar energías!
Durante nuestro recorrido, le hago un repertorio de fotos a Carmen. Algunas de ellas parecen sacadas de una ilustración del propio Dalí; en cada imagen se refleja no solo su esencia, sino también la conexión especial que hemos tenido desde el primer momento.
Carmen, siempre generosa y detallista, aprovecha para hacer algunas compras pensando en sus seres queridos. Es un gesto que la define: alguien que lleva amor y gratitud allá donde va.
Decidimos no continuar hacia Cadaqués y Portlligat. En lugar de ello, optamos por quedarnos con todo lo vivido, para absorber cada instante y darle el espacio que merece en nuestra memoria.
De vuelta a Barcelona, mientras conduzco, Carmen va cómodamente a mi lado. Pasamos el viaje conversando sin parar, conectando nuestras experiencias en el mundo científico, espiritual y emocional. Es increíble cómo este viaje nos ha permitido conocernos de una manera tan profunda.
Al llegar a su hotel, tengo el gusto de conocer al grupo con el que Carmen viaja. Son personas increíbles, cada una con una energía especial que complementa esta experiencia.
Este viaje marca el inicio de una historia que, estoy segura, seguirá creciendo con el tiempo. Carmen ya no es solo una compañera de ruta; es una amiga con la que me siento profundamente conectada.
Gracias, Carmen, por tanto, por ser y por estar. Gracias también a Ana Alicia, por tu energía y amor.
Con cariño,
Bela
Perfect match Carmen una mujer culta, inteligente y cuajada y Bela la mejor organizadora de viajes.